Ya hace un año que andamos en estas tierras canadienses. Sí, fué un jueves cuando llegamos a esta tierras norteñas y un viernes cuando conocimos la universidad de Toronto. Antes de eso conocimos la de McMaster en Hamilton, una ciudadcita que está como a una hora de Toronchis. Me explico: un primo de Omar estudia en McMaster y pues el nos dió alojamiento los primeros días de nuestra estadía por acá. Fué en su casa nuestra primera entrada al mundo estudiantil de por acá y a la multiculturalidad --fuera de los hostales y fuera de los lugares turísticos. Jorge, el primo, comparte casa con otros estudiantes.
Vive en una clásica (clásica aquí) casa de dos aguas, patiecito delantero y trasero, sótano (en donde viven otros estudiantes más -también es clásico tener estudiantes en el sótano: son como ratas- y está el cuarto de lavado -clásico también), pisos de madera que hacen ruido cuando caminas, cocina con estufas eléctrica y muchos botes de basura de diversos colores pues acá, como aprendimos desde entonces, se separa la basura y el color indica que debes depositar en cada bote.
En esa casa conocimos a una veracruzana del Tec de Monterrey, un chilango de la UNAM (Jorge el primo es de la UAM), un canadiense de Alberta, un canario (en serio, dijo: "soy canario", tons lo vi y pensé, bueno, sí estas bonito pero de ahí a decir que eres canario, a ver: canta.... Se acabó la confusión cuando dijo que era de las Islas Canarias), un franchute y Billy, un torontoniano que se veía filipino, bien cagado que no vivía ahí pero se la vivía ahí.
Luego que llegamos y nos dieron de comer, nos llevaron a la universidad, la cual está muy cerca de donde ellos viven. Una vez ahí, fuimos al pub de estudiantes que está ¡dentro de la universidad! Nos presentaron a un celayense que de verlo nunca hubiera imaginado que era mexicano, otro chamacón de la UAM, una pareja de cubanos, una italiana y ya no recuerdo que más. Todos estudiaban en McMaster que, por cierto, es la depositaria del cerebro de Einstein. Lo tienen en un laboratorio guardado un frasco. Lo confiscaron de un cuate que lo tenía en su casa y lo había cortado en pedacitos... Siguen analizando lo que queda del mentado cerebro.
Estuvo padre esa vez, oír español e inglés mezclándose.
Por cierto, en el asiento de adelante de nosotros en el avión estaba un cuate joven chilango que venía solo al festival internacional de cine de Toronto. Qué envidia y cuánta lana ha de haber gastado pues acá la entrada promedio de las películas es de 12 dls (las galas son más caras - aquí, "gala" no quiere decir "francesa": esas cuestan igual que las demás a menos de que sea gala...). El festival dura como 10 dias y son un chingamadral de proyecciones entre películas y documentales. No creo que viniera sólo a ver dos o tres.
Vive en una clásica (clásica aquí) casa de dos aguas, patiecito delantero y trasero, sótano (en donde viven otros estudiantes más -también es clásico tener estudiantes en el sótano: son como ratas- y está el cuarto de lavado -clásico también), pisos de madera que hacen ruido cuando caminas, cocina con estufas eléctrica y muchos botes de basura de diversos colores pues acá, como aprendimos desde entonces, se separa la basura y el color indica que debes depositar en cada bote.
En esa casa conocimos a una veracruzana del Tec de Monterrey, un chilango de la UNAM (Jorge el primo es de la UAM), un canadiense de Alberta, un canario (en serio, dijo: "soy canario", tons lo vi y pensé, bueno, sí estas bonito pero de ahí a decir que eres canario, a ver: canta.... Se acabó la confusión cuando dijo que era de las Islas Canarias), un franchute y Billy, un torontoniano que se veía filipino, bien cagado que no vivía ahí pero se la vivía ahí.
Luego que llegamos y nos dieron de comer, nos llevaron a la universidad, la cual está muy cerca de donde ellos viven. Una vez ahí, fuimos al pub de estudiantes que está ¡dentro de la universidad! Nos presentaron a un celayense que de verlo nunca hubiera imaginado que era mexicano, otro chamacón de la UAM, una pareja de cubanos, una italiana y ya no recuerdo que más. Todos estudiaban en McMaster que, por cierto, es la depositaria del cerebro de Einstein. Lo tienen en un laboratorio guardado un frasco. Lo confiscaron de un cuate que lo tenía en su casa y lo había cortado en pedacitos... Siguen analizando lo que queda del mentado cerebro.
Estuvo padre esa vez, oír español e inglés mezclándose.
Por cierto, en el asiento de adelante de nosotros en el avión estaba un cuate joven chilango que venía solo al festival internacional de cine de Toronto. Qué envidia y cuánta lana ha de haber gastado pues acá la entrada promedio de las películas es de 12 dls (las galas son más caras - aquí, "gala" no quiere decir "francesa": esas cuestan igual que las demás a menos de que sea gala...). El festival dura como 10 dias y son un chingamadral de proyecciones entre películas y documentales. No creo que viniera sólo a ver dos o tres.