P.D. El 29 cumple años la Citla. Muuchas felicidades y un abrazo también.
miércoles, septiembre 27, 2006
¡FELICIDADES CHIQUITO!
Telecita y camarita
Pues con la novedad de que ya tenemos cámara fotográfica y tele. ¡Yupi! Jajaja. Ahora tengo que cuidarme al tomar fotos pues como que la gente se saca de onda si les sacas una foto y no les has pedido permiso, Ups, te ven raro, feo o con desconcierto como diciendo “¿y ésta porqué chingaos me saca una foto?” ¿pos que culpa tengo yo de que se vean tan fotografiables? En fin, gajes del oficio. Ora tengo que pelearme con la luz, las sombras, el encuandre y mi mal pulso. Sí, tengo un pésimo pulso que yo llamo acertadamente pulso de maraquero, residuo de mis años de fumadora. Ta bien linda la camarita, a ver si puedo sacarle una foto. De momento no habrá fotos en este blogcito pero esperen, pronto querrán que su conexión a la red sea más rápida para ver más y más fotos, (jajajaja, a ver si es cierto). Ya estoy haciendo las de la madriguera (casa) y una que otra de cosas padres tales como la comida. Ji. La tele…. Pues sí, ya está pero no creo verla mucho aún pues me canso, si, como lo leen, me canso de verla. Recuerden que los programas están en inglés y pues aunque le pongo los capshons pues aún no conozco muchas palabras. Por el momento he visto algunas caricaturas para niños en edad preescolar (me encantaron, hasta vi por primera vez en mi vida la de Dora la exploradora), un comercialote de amnistía internacional donde quien solicita apoyo económico para esa fundación es nada más y nada menos que la aún guapa Susan Sarandon. Este “comercialote” me impactó por sus escenas además de que los presentadores hablan pausado y como dicen por ahí: una imagen dice más que mil palabras, pues lo entendí. Por algo se empieza.
Les contaré la aventura de la tele, estuvo padre. Omar y yo queríamos una tele para nuestra madriguera y pues la única forma de tener una (al menos la que ambos veíamos más viable, Omar aún nos se anima a robar nada) era comprarla. Fuimos a una tienda de aparatejos usados cerca de la universidad y encontramos una de 27 pulgadas a 100 dls canadienses. Nos pareció muy buena oferta, pero como aún no sabemos cuanto cuestan aquí las cosas pues decidimos ir a otros lugares para ver los precios y comparar, la verdad no teníamos prisa por adquirirla. Tons fuimos como a otras dos tiendas chicas pero de artículos nuevos y encontramos (poquitas) telecitas de menos pulgadaje como 120 dls y una de igual pulgadaje como a 230 dls. Dijimos, “ok, parece que la mejor opción es la que vimos primero, pero ¿qué tal si vamos a una de las tiendas grandes?” Pos que vamos y cual fue nuestra sorpresa al ver que en esas tiendas casi todas las teles que venden son planas, si, planas. Grandes, chicas medianas pero planas. Se ven re bonillas pero están caras. Tons preguntamos si tenían teles prehistóricas, perdón, teles no planas y pues en algunos lugares de plano nos dijeron que no y que la verdad ya no iban a tener de esas. Chin, la modernidad ya llegó y nosotros aún buscando un ejemplar de museo. Viendo lo caro de las hermosas teles de pantalla plana y lo escasas de las gordotas decidimos ir por la primerititíta que encontramos: la usada de 100 dls. Como ya era tarde pues decidimos ir al día siguiente. Nuestro nido es pequeño tons yo me preguntaba dónde carajos ibamos a poner esa madresota, pero en fin, íbamos a tener tele, pero eso no era todo el problema sino el pedo que nos iba a costar llevarla a la casa. Pues ni modo. Al otro día Omar y yo nos pusimos de acuerdo para vernos en la tarde y entre los dos, un milagro y un chingo de esfuerzo llevarla a casita. Cuando en la tarde ya me encontré con omar que me sale con la noticia de que ya teníamos tele y gratis pero no era de las dimensiones montruosas como la que ibamos a comprar, era mucho más pequeña y en efecto así fue. ¿qué como pasó esto? Ahhhh, pues ahí les va el cuento: En la mañana que Omar ya se iba a la universidad que se encuentra con nuestra casera y pues en el camino al metro (ella le dió un “aventón”) se pusieron a platicar y el le contó que íbamos a comprar una tele. Ella le dijo que tenía dos y que una no la usaba, y que la que usaba la usaba poco. Tons le dijo que si queríamos podía prestarnos una. Guauuuuu, que suerte tienen los que no se bañan, ya lo decía yo, y justo el día que no me bañé. Pos aceptamos el préstamo (je, el ahorro es bienvenido siempre) y ya tenemos una flamante telecita que parece que hará de nuestras noches -o al menos las de Omar- noches más felices por los programas cómicos que pasan a esas horas.
domingo, septiembre 24, 2006
Comida
martes, septiembre 19, 2006
Juntos pero no revueltos
Caminando al azar hemos visto gente de muchos lugares y dependiendo de donde esté uno, predominan más unos u otros.
Los pata de perro de nosotros hemos caminado mucho, gracias primero a que el transporte es caro (2.75 dolares por piocha) y luego a nuestra curiosidad. Ya pasamos por el barrio judío, aunque la mayor parte en camión. Tuvimos suerte de que fuera en viernes, nuestro primer viernes acá, pues es día de sinagoga, tons iban con sus trajes negros, sus sobreros como de copa, sus barbas bien arregladas e iban en bola. Puros hombres. A lo largo de Bathur Street hay muchas sinagogas y negocios de cosas judias. Por ejemplo: restaurantes de comida. Yomi, yomi.
También ya pasamos por el barrio chino. Ta cagado que los anuncios de las cosas estén en chino o en chino e inglés. Es chistoso ver los anuncios de los bancos que ves en toda la ciudad solo en inglés verlos acá también en chino al igual que las instrucciones de los cajeros automáticos. Muchos espectaculares están solo en chino al igual que muchos anuncios de neón. Me sentía como en lo que creo que es honk kong. Mucha gente y mucha con rasgos que creo son de chinos
Esta es una zona sucia, ruidosa y con muchas mega tiendas donde encuentras un montón de productos chinos tanto alimentos como chacharillas. Las verduras están baratas al igual que la carne. Encontramos un montón de cosas de comer que se ven rarísimas. Ya nos iremos aventurando a comprarlas y prepararlas para comer. je.
Fuimos al barrio polaco y está bonillo, nos falta ir al barrio griego. Hemos visto video clubs de películas hindús, lo que se llama Bellywood. Están filmadas en la Indía: el país con más producciones cinematográficas al año en el mundo; habladas en algo que solo los hindús entienden y actuadas por las grandes luminarias y actores de su país. Solo algunas están subtituladas al inglés, por lo que el grueso de los que consumen ese cine acá son , por supuesto, hindús. El local que vimos no es nada bonito, hay mucho desorden y se ven muchos discos pirateados en el suelo. Los que atienden se ven hindús. Dice Omar que hablan muy bien inglés.
El fin de semana (16-17 de sept) fuimos a uno de los barrios artísticos de Torontiux, algo como la condechi. El sábado llegamos allá en la noche y se vía bonito. Muchos restorancillos que nosotros dificilmente visitaremos pues se ven un poco caros como para nuestro presupuesto, dentro y fuera gente "bonita", pero insisto, como en la condesa. Chicas de tacones altos y vestidos padres, chavos con saco, tenis y barba de una semana, chicas con peinados locochones y ropas brillantes...Chavos flacos con pantalon de mezclilla, playera, peinado a la "despeiné " y lentes de intelectual
Muchas galerias de arte, estudios, tiendas de ropa de diseñadores locales, etc. El domingo volvimos a ir pero de día y ya no se vé tan "nais" como de noche, hasta se vé descuidado y levemente sucio (para lo que ya me están acostumbrando) pero en las calles se ve mucha gente joven como yo, je, muy alivianada, rejalada, vestidos muy "fachon" (neta, la liber, la lis y la sele podrían salir acá sin maquillaje, recien levantadas y en su ropa de dormir y ni quien se diera cuenta) paseando a sus perros o a sus niños o a su parejas o solos. Acá encuentras muchas bicis estacionadas, muchas de modelos viejos pero que se ven padres. La gente las usa. Bueno, ya seguimos caminando y encontramos también tiendas de muebles retro, y unos muy muy retro. Los primeros se ven como de los 60's y están casi nuevos. Los otros están cayendose de viejos. ¡Creo que ví el segundo modelo de lavadora que se inventó en el mundo! En un lugar había estufas viejísimas, de esas que tienen espacio para poner la plancha a calentar, de verdad. Encontramos ya cerradas (creo que por ser domingo) unas tiendillas de ropa locochona. Me gustaría entrar cuando estén abiertas. Hay tiendillas de ropa retro vieja -como en la condesa- donde te venden desde la ropa hasta los zapatos y la bisutería. Padre. Aquí abundan los cafecitos.
La gran mayoría no son de cadena y, como diría Julio, estos tienen personalidad. Son como los de la condesa o coyocán a diferencia de que parece que acá si hacen buen café en casi todas partes y no me he quejado de la música que ponen.
Para acabar esta entrada les he de contar que por muchas partes de la ciudad y principalmente en el centro hay unos como trolebuses pero como aplastados. Le digo a Omar que cuando los veo me acuerdo de una de las películas de Harry Potter donde sale un camioncillo que se aplasta para poder pasar por donde sea. Pues así estos. Están como "aplastados". Cuando pueda sacar fotos les mandaré una de estás cosas para que saquen su propia conclusión.
p.d. Hay un chingo de festivales de cine pero el cine acá está bien pinche caro.
Talento en buen empaque
¡Perdonenme, porfa, no me quemen en leña verde! No me he olvidado de escribir, siempre tengo presente que lo debo hacer y se me ocurren un montononal de cosas que poner en este blog, pero la verdad, hay tantas cosas que han pasado en casi una semana y media que poner cada una de ellas me llevaría aproximandamente un mes de entradas diarias, tons he optado por escribir de a poquitos esperando que no se me olviden las cosas que he visto ni las impresiones que me han causado. Aun no hay cámara, tons las imagenes tendrán que esperar.
Se que el Quique (y no sé cuantos más) me envidiarán al saber que vi el trasero de Beyoncé en vivo, muy cerquita de mí. ¡vaya que está gordito! Eso fué el viernes por la noche. Perenme tantito y les cuento como fué.
Hasta la tarde-tarde de ese día todo fué tranquilo. Fuí al depto de matemáticas de la universidad a ver a mi chiquito y ahí estuvimos, platicando entre nosotros y luego yo con la Citla en el messenger. Como a las 6:00 salimos de ahí a caminar, "a dar al vuelta" antes de una reunión que tenía Omar en un pub con sus compañeros de mate. Se me ocurrió que fueramos al centro de la ciudad y pues ahí vamos. Esa parte ya está más densa en edificios, gente y carros. Estaba un poco oscuro y pues las luces de los negocios estaban en todo su esplendor. Parecía calle de Nueva York, así como las vemos en la spelículas, tanbién esa parte está un poquito sucia y los negocios no son tan nuevos ni tan cuidados como en otros lugares. Encontramos un lugar donde por 3 dolarucos te dan una megarebanada de pizza ¡ahhhhhh! (baba escurriendo). La pizza madre -de donde sacan estas rebanadas- está enoorme. Un día voy a venir por una "rebanadita", je. Vimos unos negocios de stripers, tiendas de comida rápida de un chorro de lugares, una mega tienda de discos (ah, ah, -más baba-) que era donde el papá de Omar se surtía cuando vivía por acá, y así. Mucha gente en las calles y de vez en cuando un carro deportivo en las calles. No son nada infrecuentes estas cosas. Creo que a los torontenses les gusta tener este tipo de carros. Hemos visto en varios lugares desde modelos viejos hasta modelos nuevos que van de padres a pa-dri-si-mos. Bueno, ahí ibamos baboseando cuando llegamos al Square Eton Centre -creo que así se llama-. Había un chingo de gente, pero los que predominaban sobre todos era los negros. Ora si ví muchos negros. Grandes, chaparros, feos guapos, unos más negros que otros, negras buenas y negras gordas, altas tipo modelos y otras más comunes. Estos negros si que se arreglan y como se cuelgan colgajos y cosas así Muchos de esos hombres traían aretes de brillantotes en ambas orejas, relojotes y cadenotas. Las chavas traían aretotes de aro, uñas largas bien pintadas, bien pintadas ellas también y peinados locos. Les gusta presumir sus tracerotes poniendose pantalones bien entallados y algunas casi te sacan los ojos con sus chichotas. Muchas y muchos tienen labiesotes que esos que sientes que si te acercas te succionan o se te van a `pegar como ventosas -¡ahhhh!- y los niñitos negros vestido muy coloridos con gorras los niños y con muchas trencitas las niñas.¿ Y porqué había tantos negros y porqué habían bocinas enormes y un escenario en la plaza? pues porque iba a haber una presentación de Beyonce GRATIS. Guuuaaauuuu. Que chido. No me gusta mucho su musica, pero el morbo de verla era mucho. Tons ya se imaginaran al pobre Omar con su cara de "pues ya ni modo" (sí, como no) cuando le comuniqué que queria que nos quedaramos a oir el concierto. Eran como las 7:30 y la cantada decían que empezaba a las 8:00. Pues que nos ponemos a buscar lugar para ver bien. Chale, como son altos esos negros...bueno, casi cualquier hombre está más alto que yo y ninguno quería perderse el espectá-culo tons no me podía colar adelante. Nos fuimos atrás del escenario y vimos gente, a los lados de unas barras, que estaba esperando a que pasara Beyoncé para tomarle una foto. Pues que convenzo al chiquito y ahí estamos para verla pasar. Como a las ocho llegó un helicoptero a un edificio cercano y le dije a Omar que probablemente ahí llegaba la reinita. Luego, empezaron a entrar a la parte trasera del escenario por donde estabamos un grupo de chamaconas bastante guapas, altas y todas vestidas igualitas: vestidito negro como de embarazada y muy arribita de la rodilla. Ninguna blanca. Eran morenas y negras claras, aunque alguna tenía razgos orientales. Después de un ratito que llega una camionetota negra, con los vidrios polarizados. Toda la gente a nuestro alrededor gritaba emocionada y sacaban fotos pues en la camioneta iba la Beyoncé. La verdad uno se emociona, la gente te contagia su ...¿adrenalina? Total que no la pudimos ver, pero cuando ya nos ibamos a colocar por el escenario, que me volteo y veo por un huequito para donde estaba la camioneta. Acababa de bajar la reinis y ví un poco de su vestido y el perfil de su bien torneado trasero. Estaba yo como a 15 o 10 metros de distancia de ella.
Empezó el concierto luego luego. Canta muy, muy bien la Beyoncita y toda su banda es de mujeres. Las que les conté eran tanto sus bailarinas como sus músicas. Solo había una vestida diferente y era la bajista. Esta llevaba un peinado afro, playerita negra sin mangas, pantalón con tela tipo militar y botas negras. Tenía ambos brazos tatuados, no poquito, estaban densamente tatuados y no se veía delicada en sus maneras como las otras. También era guapa y -of course- era negra clara. Se echó un solo en el concierto muy padre. Había trompetistas y saxofonistas. Ya lo dije pero lo enfatizo, en el escenario eran puras mujeres. Las bailarinas y Beyoncé bailaban padrísimo, hip-hop-peaban y brincaban con ¡tacones altos! Que dominio de su equilibrio. Beyoncé lucía soberbia con su larga cabellera castaña, su vestido de estampados anaranjados y con un escote pronunciado. Bella sonrisa y muy buen humor. Este último se notaba cuando hablaba con el publico y así nos percatamos también de que hasta hablando tiene buena voz: gravecita. Qué derroche de energía. Baila moviendose mucho, canta al mismo tiempo y suda. Había una pantalla gigante donde podíamos ver detalles como esos. Omar y yo nos encontramos un lugar donde podíamos ver bastante bien al escenario. Ella estaba como a 30 metros de nosotros. Ya lo dije, no me gusta mucho su música, pero eso no implica que no aprecie lo buena cantante que es y lo buen que tocan sus musicas. Hubieron como tres canciones que si me gustaron mucho: el ritmo y la música junto con la voz de ella. Sonaban muy "negras". Otra cosa que me impresionó es que ella no pierde elegancia ni sensualidad ni tantito. Eso lo transmite en todo el concierto lo mismo que su equipo de mujeres. A lo largo del escenario había como airecito y su vestidos (pues hizo tres cambios) al igual que sus cabellos se ondulaban padrísimo. Es toda una profesional. La comunidad negra extasiada. Los demás también.
Qué suerte haberla visto, ¿no?
La madriguera de las marmotas.
Bueno, fué por nosotros al aeropuerto y de ahí nos llevó a la casa donde vive que es donde nosotros nos quedamos los siguientes cinco días. Uds. dirán que qué conchas, ¿no? pero no fué a propósito. Seguimos. El no vive en la ciudad de Toronto sino en una ciudad cercana llamada Hamilton. De Toronto a Hamilton uno se hace como 45 minutos de camino en la autopista. Lejitos, ¿no? En la parte donde vive, que no es el centro, está bonito; casas de dos pisos y con techos en forma de V invertida, algunas con chimenea y casi todas con jardín, muchos de ellos bien bonitos, como de cuento. El camino es muy verde y llegamos a ver la bahía desde ahí. Jorge va a la Universidad de Mac Master la cual es famosa entre otras cosas por poseer el cerebro de Einstein... en cachitos. ¿Como les quedó el ojo?
En Hamilton descubrí que muchas casas tienen sótano y que éste generalmente no es pequeño, es como otra planta de la casa. Otro descubrimiento es que las casas son de madera. Sí, no están tan sólidas como pensaba, pero tampoco se caen y ¡funcionan!. Supongo que las hacen así porque la madera es calientita. Lo malo de esto es que las casas son algo ruidosas pues como los pisos también son de madera...y si alguien está en la planta de arriba se oye cuando camina entre otras cosas. Las voces no se oyen casi nada (uff, que alivio).
Jorge comparte casa con otros estudiantes: Ana (mexicana de veracruz), Arnaud (francés y novio de Ana),Travis (canadiense de Alberta), Jorge (chilango de la UNAM), Diego (español que esos días regresó a su país. Parecía venezolano (vivió ahí muchos años) pero era canario; nacío en las islas canarias que son provincia española) y en el sótano vivian tres cuates que nunca conocimos pues ellos vivian aparte. El sótano es un depa independiente. Están muy bien organizados y hablan en dos idiomas en esa casa, español e inglés. Los latinos luego hablaban en español entre sí, pero si estaban Travis, Arnaud o alguna visita que no hablaba español, todos empezaban a hablar en inglés. Luego nos presentaron a otros mexicanos que vivían en Hamilton y estudiaban en mac Master. Estuvo loco que el primer día en Toronto hablaramos mucho español. Hasta platicamos con unos cubanos que nos presentaron.Je. Bueno, seguimos en lo de la casa. En los siguientes días buscamos donde vivir en Toronto. Ibamos y regresabamos todos los días menos sábado y domingo que nos lo tomamos de descanso, je, algo así. Es una ciudad cara y las zonas cercanas a la universidad o al centro también. Además como ya habían empezado las clases, muchos lugares ya se habían ocupado, luego la busqueda se volvía mas difícil. Tuvimos suerte de encontrar un lugarcito bonito en Islington. Esta es una zona más bien "nais", solo hay casas particulares grandes con jardines cuidados y calles casi vacías de gente pues parece que todos tienen carro y no hay tienditas o negocios dentro del vecindario. De cuando en cuando encontramos a alguien paseando a su perro, caminando solo por placer o haciendo jogging (corriendo). El metro nos queda como a 10 minutos caminando y de ahí a la universidad como 40 minutos. Como recordarán, es casi el tiempo que hacíamos de CU a la casa y viceversa, tons no extrañamos "la cercanía". Bueeeeeno, es casi la misma cantidad de tiempo necesaria para ir al centro de Toronto, tons ahí si lo resentí, pues el zócalo de el DF nos quedaba a tiro de piedra. Vivimos en el sótano de una casa. En la parte de arriba -la casa propiamente- sólo vive la dueña a quien le agradezco que no se meta con nosotros y que no sea de esas señoras platicadoras-quita-tiempo. Nuestro deptito es un poco más grande que el de Tlatelolco, pero la parte que nos rentan solo incluye una recámara, en consecuencia la parte que nos rentan es más chica que la de tlatelolco con la ventaja de que la cocina es mucho más grande que la de ahí. Está amueblado. Ya tenía todos los muebles de la cocina incluyendo cafetera, horno de microondas, cazuelas, jarra, refri, estufa, vajilla y cubiertos.
Tenemos también un minicomedor con radiecito incluido, una salita con sillones más cómodos que el que teníamos allá pero son individuales (snif). El baño está limpio, bonito y tiene toallas de manos y cuerpo incluidos. El cuarto tiene cómodas, closet, una cáma, un escritorio y ropa de cama además de las almohadas y un cobertor bien rico. Yo sabía que vivir con Omar implicaba dormir juntos, pero no pensé nunca que tan juntos. Nuestra cama es una camita individual bien linda pero estrechita, así en invierno no voy a pasar frios. El deptito está alfombrado casi todo (el baño y la cocina no) y por eso nos la pasamos en chanclas o en puros calcetines. Tiene calefacción y lavadora incluidos. Esta última la compartimos con la dueña una vez por semana. Ah, se me olvidaba algo, tenemos un piano .... humm...tenemos permiso de usarlo pero no sé tocarlo. Chale, que mala onda.
Siento nuestra casita como si fuera una madriguera. Está construida en un hoyo bajo la tierra, está calientita y ahí vivo con mi familia y mis chunches. Me siento como marmota. En las mañanas salgo a ver el sol y los árboles y en el invierno me voy a guardad ahí con comida. Sólo nos falta una tele para que nuestra dicha sea completa. Teeele.
viernes, septiembre 15, 2006
Pero empecemos desde el principio. Quedé de verme con Omar a la una de la tarde para comer. Fuimos a comer unas "shawarmas". Pagamos y a cambio nos dieron un tacote de pan pita relleno de carne cocida muy condimentada (beef), lechuga, cebolla, y jitomate. Al final, le echaron unas salsas especiales. Estaba riquísima la cosa esta. Me gustó especialemente como condimentaron la carne. Las pedimos para llevar (creo que muchos hacen esto) y pasamos a la tiendita a comprarnos nuestros chescos. Parecíamos dos chilangos comiendo a media calle unos tacotes, je, con embarre y toda la cosa.
Luego de eso fuimos al mercado de Kensington que no es un mercado como yo los conozco, el mentado mercado es un conjunto de calles con locales de lo más padres. Encontramos unas tienditas chinas que venden chácharas de lo más baratas y variadas. Tenían playeras de 3 por 10 dolares (el dolar canadiense estaba como a 10 pesos mexicanos a principios de septiembre) "bonito regalo de ocasión para la dama y el caballero, playeras de 3 por un dolar, chanclitas a 3 dolares el par, zapatos chinos de palma a 5 dolares el par. Compre, pase, vara, vara".
Hijole, nomás se me hacía agua la boca con tantas ofertas...pero eso era sólo el comienzo. Encontramos unas tiendas de pan con panes de muy variadas formas e ingredientes. Padrísimos. Unos parecian bolas de masa todas prietas. Otros tenían aceitunas, otros jitomate y aceituna, otros espolvoreados de yerbas secas, otros largos, otros cortos, unos blancos y otros negros, unos flacos y otros gordos, unos suaves y unos duros ...je, esto ya parece otra cosa. Había de esos panes que vimos en la tienda gourmet en polanco. Así meros. y también habia galletitas hummm. Se veían deliciosas y olían riquisimo. Dentro del local había una variedad de gente parecida a la que había en panes. je, Salimos de ahí salivando todavía cuando nos encontramos una tienda de quesos... uta, que maravilla, que olores, que formas, que colores y que ingredientes. A Omar le dieron a probar un queso cheddar blanco deliciosisimo, No compramos nada pues la verdad están caritos, bueno, la verdad es que aún no nos acostumbramos a la moneda y cien gramos por cinco dolares todavia nos parece mucho aunque despues de probar ese queso pensamos que bien los valía, pero yo creo que cada unos de los quesos que habían ahí valian su precio y pues no ibamos a llevarnos todos, tons salimos antes de que el paladar le ganara a la razón y nos quedaramos probes de tanto comprar (y biscos de tanto mirar). Ibamos ya ahí cuando encontramos una pescadería Estaba padre. Como de local de la antigüedad. Era pequeño, con muchos pescados de diferentes especies (unas que yo ni había visto) y hombres con pinta de pescadores rusos atendiendo mientras envolvían un arenque ahumado o partían el salmón o el tiburón. Digo, conozco el mercado de la viga en el DF y la central de abastos sección productos del mar, tons no facilmente me iba a impresionar esto, pero tenía un aire como de viejo.... en fín. Salimos y no acababa nuestro viaje; que encontramos una carni-salchichonería. No se llama así pero es como se me ocurre decirle a esa tiendilla. Estaba chidísima la seccion de salchichas. Había cosas como chorizos argentinos, salchichotas y salchichitas, negras y blancas, gordas y flacas, largas y chicas, secas y humedas...jejeje. De verdad que se antojaba agarrar una y llevarsela a la boca, digo, pa darle su buen mordisco, je, pues la verdad se veían re chavochas la mayoría. Pues sí, este lugar es todo un peligro para mí, se me antojaba todo pero imaginate como acabaría mi corazoncito si lo frecuento, digo, por tanta grasa y sal.
Otra de las cosas que vimos fueron tiendas de especies y materias primas como le llaman en el DF. VEndían almendras, pasas, aceitunas, maíz, trigo, arroz, frijol, alubias, lentejas, chícharos secos, arbejas, ajonjolí, y un largo etcetera, todo a granel. También había bolsas o frascos de una gran variedad de aceitunas y especias que yo no había visto antes, y entre todas esas tiendas, porque eran muchas, encontramos unas donde además vendían productos mexicanos. En muchos de estos casos el dueño era un mexicano o un latino. Encontré productos marinela carísimos y medio aplastados, cajeta coronado, salsa valentina, refrescos jarritos, nopales y tortillas de maiz chafísimas (los nopales estaban viejisimos y super feos. Las tortillas gruesas y de tamaños raros), salsa de frasco, rajas de lata, etc... Como que tenían medio descuidados estos productos, tons la verdad no se me antojaron además de que estaban bien caros. Una sopa instantanea knorr que en el df te cuesta 4 pesos acá está en 2.5 dolares, naaaa. Mejor como lo nuevo que veo y que me sale más bara. Acá, me parece, no hay muchos mexicanos ni latinos,lo que si hay en cantidades bárbaras son orientales: chinos, coreanos y sus derivados, je. Luego le siguen los indues y paquistanies y después van los europeos.
Para terminar, te diré que encontré un restoran de comida mexicana que está atendido por mexicanos de pura cepa. Si los ves no dudas que lo sean. Pedí la carta para ver lo que vendían y por supuesto los precios. ¡Pácatelas!, poco me faltó para caerme de espaldas como condorito, estaban carísimos. Checa, checa: una quesadilla de queso en 4.5 dolares y con champiñones dos dolares más; una orden de tacos al pastor: 8 dolares, etc. Lo cierto es que si eran como las quesadillas del df, con la tortilla hecha a mano y medio largas. Ta bien, pero yo no voy a ir a comer ahí, ta muy caro. Me espero hasta poder ir a cenar con la gordis de las quesadillas en la guerrero, ¿te acuerdas? taban re chavochas al igual que los taquitos de rellena. humm.
ahhh. Chale, ya de nuevo empecé a salivar. Sale manillo, ya me voy a dormir...Luego te sigo contando.
NINGUNO
No todo estará en orden cronológico, sus mercedes perdonen, pero ya han pasado tantas cosas y yo no había podido escribirlas que ya se amontonaron en mi cabeza la cual no es muy buena recordando en orden y en consecuencia escribiré tal y como lo vaya escupiendo la memoria.
La siguiente entrada tiene forma de una carta al manillo, pero eso no implica que quien no sea al manillo no pueda leerla, sólo está así pues mientras la escribía me imaginaba que se lo estaba contando a él. Tons, arrancamos.
SORPRESAS EN EL AEROPUERTO
También el señor cargaba en el brazo muy cuidadosamente una bolsa de plástico transparente que contenía una mantita negra con un candelabro de siete brazos tejido en ella. Ji, ji, estuvo padre verlos. Los niños, muy en su papel de chamacos, comiendo papitas y galletas, jugando en el aeropuerto y patinando con unos patines chidísimos que me dieron mucha envidia. Eran unos patines que consistían de una dos rueditas pegadas como a un cinturoncito que se amarraba en el zapato o tenis en cuestión y pues si inclinabas un poco el zapato caminaban como si anduvieran en zapatillas, pero cambiandolo un poco de posición podían patinar. Imaginense poder hacer eso en los super-lisos pasillos del aeropuerto. Cuando los ví le dije a Omar, "¡yo también quiero unos así!" Mi chiquito sonrió pues le díó ternura mi comentario y me hizo cariños en la cabeza mientras me indicaba que avanzaramos en la fila en la que estábamos. El me conoce y sabe que aunque me diera unos patines así yo no los usaría. Chale, si yo no fuera tan miedosa.
No me impresionó tanto la vista que tuvimos de Toronto cuando ibamos llegando al aeropuerto pues se vé como plano y limpio. Después me enteré que el aeropuerto al que llegamos está a las afueras de la ciudad. Vaya.
Lo que sí dije cuando ibamos aterrizando fué:"¿y donde está la contaminación?" Je, pensé que toda ciudad que se precie de serlo debía de tener contaminación bien visible. Después al llegar en serio a Toronto ví que sí está contaminada pero no a los niveles que estoy acostumbrada por vivir en el D.F.
El aeropuerto se vé bonito, moderno y ...¿vacío?.¡Sí! Tons que le pregunto a Omar: ¿dónde chingados está la gente? Se rió de mí. Me dijo que aunque a este aeropuerto llega mucha gente de muchas partes del mundo no llega en las cantidades bárbaras con que llega a el Aeropuerto de la ciudad de México. Lo que es la planificación.
Y qué dijeron, ¿que ya se habian acabado las sorpresas? ¡no!. Cuando llegamos a migración que veo algo que hizo que mi piel se pusiera chinita: una mujer con burka. Sí, ese como vestido que tapa todo el cuerpo (de la cabeza a los pies) y solo deja una rendijita en la parte de los ojos. Bueeeeno, también las manos estaban descubiertas. Esta mujer iba con su familia: el esposo que iba vestido con bermudas, camisa polo y tenis; dos niños pequeños vestidos igual que el papá y una niñita como de tres años que iba en pantalón de mezclilla, playerita y peinada de trencitas. A lo mejor no era la mamá pero como que estaba raro que no lo fuera. Pienso que si la niña cuando crezca tiene que cubrirse toda pues que disfrute ahorita el poder sentir a flor de piel el viento, los rayos del sol sobre sus brazos, piernas y cara . En fin, así es la vida.
Bueno, no acaban ahí todas las sorpresas de ese día. En las oficinas de migración, mientras Omar y yo estábamos formados que empiezo a ver indú tras indú, ¿porqué chingados hay tantos acá?, también vi gente que parecían como paquistaníes, gente con turbante y barbas espezas y padrísimas cejas pobladas además de un color de piel tostadita pero es que se pasó de tueste cabrón fué un cuate negro negro tan negro como la tinta china negra. De verdad, si no es porque al reirse se le veia la boca, yo hubiera pensado que era una masa negra sin cara. Neta.
También ví que los empleados del aeropuerto eran de diversas razas, ora si que de chile mole y pozole. Había negros (pero no tanto como el mencionado anteriormente) cafés con leche, blancos-rojizos, pardos, amarillos, pardo indú, moreno- latino, güero-pálido y un largo etc que no sé como describir.
Lo que hizo que nuestra estadía en migración fuera rápida y sencilla es que mi Omarcín es re riata para el inglés, solo de escucharlo hasta creen que es gringo, je. Tons pues les hablaba claro y conciso a las empleadas de migración con que nos tocó la revisión de los papeles. No así otros pobres que hasta les tocó regañiza.
Un chavo mexicano que estaba en la ventanilla junto a la nuestra no sabía inglés (según el ) y cuando le hicieron las preguntas de rigor, pues que no contesta bien. Tons mandaron por una intérprete
que le empezó a hacer de nuevo las preguntas pero en español y el chavolín al contestar
que se empieza a contradecir y a hacer bolas, vaya uno a saber si por los nervios o porque no tenía ni puta idea de lo que iba a hacer en Canadá o porque estaba mintiendo. Ya casi lloraba el chavo cuando se la empezaron a hacer de jamón para dejarlo entrar a Canadá. A lo mejor ni lo dejaron pasar al país y lo regresaron a México, ya nos nos quedamos para enterarnos. Le pregunté a Omar que en general como le hacían las personas para no tener este tipo de broncas y el sabiamente me dijo que para contestarles a los de migración hay que tener antes lo de Kalimán: serenidad y paciencia además de buena labia. Así que ya saben mis queridos Solines, a seguir el consejo.